logotipo cabecera
Tarjetas y créditos revolving
    Tarjetas y créditos revolving

    Aquí nos referimos tanto a las famosas tarjetas de crédito de pago aplazado, sino también a los microcréditos y a los préstamos sencillos que tienen la misma mecánica revolving. Hablamos de los créditos Cofidis, por ejemplo, que sin tener una tarjeta como instrumento material asociado al pago, tienen la misma mecánica que una tarjeta revolving, es decir, el dinero que devuelves al banco en el pago de cada cuota mensual vuelve a estar disponible como capital para su uso.


    En este caso, hablamos de las clásicas tarjetas Carrefour, Wizink Bank, Visa Gold de Caixa, tarjeta Ikea Family, tarjeta Mediamarkt…


    La mecánica fundamental en este tipo de tarjetas es que la entidad de crédito pone a disposición del cliente un límite de capital (por ejemplo, 2.000 euros) y el cliente usa ese capital o parte de él para realizar compras y disposiciones de dinero en efectivo en cajeros automáticos. Luego, ese dinero que utiliza lo tiene que devolver al banco en la cuota mensual pactada (por ejemplo, se pacta una cuota mensual de amortización de 50 euros).


    La peculiaridad de este tipo de créditos es que, como se ha dicho, el dinero que se devuelve al banco con el pago de las cuotas, vuelve a estar disponible para su uso por el cliente, es decir, reintegra el capital disponible para su uso en nuevas compras y disposiciones de efectivo.


    Todo el mundo sabe que, de la cuota mensual de amortización que se paga por la disposición de un crédito o préstamo, una parte es destinada al pago de intereses y la otra parte va destinada a la amortización o devolución del dinero empleado en el préstamo o crédito.


    Ahora bien, lo fundamental en este tipo de créditos, además de la mecánica revolving antes mencionada, es que la cuota que se paga al mes va destinada a los siguientes conceptos y en el siguiente orden:


    1.    Primero se pagan los intereses remuneratorios.

    2.    Luego se pagan las comisiones devengadas (por ejemplo, por disposición de dinero en efectivo en cajeros).

    3.    Finalmente, con lo que quede de la cuota, se amortiza capital.


    Es habitual que este tipo de tarjetas de crédito se presenten por los comerciales de la banca como una solución inmediata a los problemas de liquidez que podamos tener: en lugar de ofrecer al consumidor un sencillo préstamo, el cual lleva un estudio de la solvencia del cliente y de su capacidad para devolver ese préstamo; lo que hacen las entidades es facilitar al cliente una tarjeta de crédito, que le entregan sobre la marcha en la oficina, sin estudio previo, pero eso sí, con un tipo de interés disparado en comparación con el tipo de interés de un préstamo al consumo.


    A modo de ejemplo, el tipo medio de interés que suele pagarse por un préstamo sencillo al consumo, suele rondar el 8%, mientras que el tipo de interés de las tarjetas de créditos suele estar por encima del 18%.


    Claro, lo que las entidades suelen ofrecer es un instrumento de pago sencillo, donde se abona una reducida cuota mensual, pero imaginemos un crédito de 2.000 euros que se amortiza a razón de una cuota mensual de 50 euros. Pero es que la cosa no termina ahí: si tenemos en cuenta que la cuota de 50 euros mensuales va destinada a pagar intereses y comisiones antes de amortizar capital, ¿cuánto tiempo tardaríamos en devolver esos 2.000 euros?


    Y la cosa se complica todavía más si ese dinero que utilizamos y devolvemos, lo volvemos a utilizar cada vez que tenemos necesidades puntuales de liquidez. Al final, no terminamos nunca de pagar el crédito. Ha sido habitual tropezarme con clientes que llevaban hasta veinte años pagando una tarjeta revolving.


    Pero hay un riesgo añadido que no te dicen cuando contratas este tipo de productos: cuando se pide un límite de crédito demasiado alto (5.000 euros, por ejemplo) y se elige una cuota de amortización bastante baja (30 euros, por ejemplo), dado que los intereses que se pagan mensualmente al banco se calculan aplicando un porcentaje a la deuda total, si se cubre el límite de la tarjeta, es muy probable que la cuota mensual de amortización no de suficiente para pagar todo el interés y las comisiones.


    ¿Qué pasa entonces?


    Que se devengan otras comisiones y otros posibles intereses de demora. Además, los intereses y comisiones que no se hayan podido pagar en el mes corriente, se añaden al capital debido y se liquidan al mes siguiente junto con el pago de más intereses.


    Eso explica la experiencia de la gran mayoría de los consumidores de este tipo de tarjetas. La mayoría acude al despacho diciendo lo mismo: que su deuda nunca termina, que lleva muchos años pagando su tarjeta y que sin embargo, sólo ha amortizado una pequeña parte de la deuda.


    Algo parecido suele ocurrir con los créditos rápidos y fáciles que ofrecen entidades poco conocidas por Internet: se trata de empresas que no hacen preguntas y que no estudian la solvencia ni la capacidad de pago del consumidor, por ello, cuando el consumidor ya ha acudido a los bancos habituales y les han cerrado las puertas, acuden a este tipo de entidades para obtener la financiación que necesitan.


    El problema es que estos créditos suelen llevar aparejados intereses muy elevados. He tenido casos de clientes que han pagado hasta un TAE del 89%.

    Si te encuentras afectado por este tipo de créditos y tarjetas revolving, puedes entablar reclamación contra el banco, y exigir que se declare nulo el contrato, exigiendo la devolución de todo el dinero que hayas pagado que exceda del dinero prestado por el banco. Por ejemplo, he tenido casos de clientes que, para una tarjeta con límite de crédito de 5.000 euros, después de más de diez años pagando la cuota, acabara pagando hasta 10.000 euros, entre intereses y comisiones. Con lo cual, se puede reclamar todo aquello que excede del capital prestado.


    Por ello, te animo a que vengas y analicemos tu contrato en una primera consulta gratuita. He tenido clientes que han llegado a recuperar hasta 12.000 euros por una tarjeta que llevaban pagando desde los años noventa.

      Contacta conmigo

      Cuéntame tu caso, pregunta cualquier duda, opinión, comentario... Te responderé lo antes posible.

      Contacto

      Otros servicios

      Share by: