En la gran mayoría de las hipotecas, el tipo de interés que se paga suele ser variable, es decir, que cada año podemos ver como la cuota de nuestra hipoteca aumenta o disminuye.

Esto es así porque la mecánica del interés variable que se pacta en los préstamos hipotecarios implica que este interés se calcula tomando como referencia lo que se llama índice de referencia.

El índice de referencia mayormente conocido y mayormente utilizado por los bancos en las hipotecas es el EURIBOR: si el EURIBOR sube, pagamos más interés y nuestra cuota aumenta; si el EURIBOR baja, pagamos menos interés al banco y nuestra cuota disminuye.

Ahora bien, en un gran número de casos era habitual que el banco, en lugar de referenciar el interés de la hipoteca al EURIBOR, lo hiciera a otro índice de referencia, el IRPH. La consecuencia de ello, en esencia, es que el cliente hipotecario tuviera que pagar un interés más elevado por su hipoteca, en comparación con quien tiene una hipoteca referenciada a EURIBOR.

El problema radica en que, en la gran mayoría de los casos, el banco no informa a su cliente a la hora de firmar la hipoteca sobre el índice de referencia a través del cual se va a calcular el interés que va a pagar en su hipoteca. Por ello, la mayoría de los clientes que firman hipotecas referenciadas a IRPH, creen que sus hipotecas están referenciadas a EURIBOR, al ser el índice de referencia más nombrado y más conocido.

Echando un sencillo vistazo a la escritura de préstamo hipotecario se puede comprobar si tu hipoteca está referenciada a EURIBOR o a IRPH. Puedes traernos tu hipoteca sin compromiso, y en una consulta sencilla y gratuita podemos comprobar rápidamente si eres una persona afectada por este tipo de cláusulas.

Si fuera el caso, podrías reclamar contra el banco y conseguir la nulidad de esta cláusula, debiendo el banco abonarte la diferencia en el interés que te ha estado cobrando de más. En los casos más extremos, se ha llegado a recuperar hasta 50.000 euros.