Este tipo de cláusulas es muy frecuente en los préstamos hipotecarios. Se trata de una limitación a la baja a la variación del tipo de interés.

La gran mayoría de las hipotecas que ofrecen los bancos, se hacen a interés variable, y el tipo de interés se calcula con base en un índice de referencia, como puede ser el EURIBOR, que es el más conocido.

La cláusula suelo, pues, es un límite a la variación del tipo de interés variable de la hipoteca, de forma que, por ejemplo, si tenemos una cláusula suelo al 3%, por más que el EURIBOR baje por debajo de ese porcentaje, nosotros seguiremos pagando el 3% de interés.

Esto explica, por ejemplo, que durante todos estos años en los que los valores del EURIBOR estuvieron incluso en negativo, nuestra cuota de la hipoteca no bajara y se mantuviera estable.

Si esa fue tu situación, es muy probable que tengas una cláusula suelo en tu hipoteca. Y aunque suene duro decirlo, no, no vale con preguntar a los empleados de tu oficina habitual del banco: es habitual que el banco te diga que no tienes cláusula suelo en la hipoteca y que no te corresponde devolución alguna de dinero.

Pero en la mayoría de los casos, no suele ser así, por eso es mejor que acudas a un abogado con tu escritura notarial de hipoteca, para que en un rápido análisis te diga si tu hipoteca tiene o no cláusula suelo.

Nosotros podemos hacer ese trabajo en una consulta sencilla y completamente gratuita.

Si el resultado de esa consulta es positivo y resulta que tienes una cláusula suelo en tu hipoteca, debes saber que este tipo de cláusulas son consideradas abusivas, y son declaradas nulas por nuestros Juzgados, por lo que podrías reclamar contra el banco por la nulidad de dicha cláusula suelo y exigir la devolución de la diferencia de interés que has pagado en exceso.

En los casos más extremos que he tenido, el cliente ha podido recuperar hasta 30.000 euros.